domingo, 29 de diciembre de 2013

Feliz 2014





   Bueno, cada año nuevo trae un poco de esperanza. Está bien que así sea. Es la época del año que despierta lo mejor de nosotros (y en algunos lo peor). También nos deja un poco de nostalgia. De lo que fue el año. De lo que dejó. Y de lo que puede ser el próximo. Hay que mantener esa energía. Sólo con alegría se cambian las cosas. Es la frase trillada de Jauretche. Pero hay que repetirla hasta el hartazgo.
Que el 2014 nos encuentro mejor, con más aliento. Con más militancia. Con más entusiasmo. Con ganas de cambiar lo que tenga que ser cambiado. Y también unidos. Sin mezquindades. Tratando de dejar las miserias de lado. No hay otro camino.


Que la alegría se haga militancia.



Y esperanza.



Feliz 2014

jueves, 26 de diciembre de 2013

Se murió Tangalanga


     Se murió este genio. En 7mo grado me dediqué, con un par de compañeros, a hacer jodas telefónicas. Llamábamos a una pizzería del barrio (en esa época pocas tenían identificador de llamadas), pedíamos 5 docenas de empanadas, 4 pizzas, y se las mandábamos al más gil del curso.

     Da la casualidad que mi hermano me recordó a Tangalanga uno, dos días antes de su fallecimiento. Un ídolo.

     Acá dejo su mejor joda. A la canchita de papi fútbol.





miércoles, 25 de diciembre de 2013

Cuando fui profesor de Taekwon-do a los 9 años

 



  Fui profesor de Taekwondo a los 9 años. Le enseñaba a mi primo, Ariel, en la terraza de mi abuela (que hoy, lamentablemente, ya no está con nosotros). Era de esas típicas terrazas con piso de membrana. Hecha mierda. Ariel todavía no había empezado Taekwon-do. Yo le enseñaba las Formas, movimientos básicos conectados con cierta lógica y sistema. Las patadas básicas, y los movimientos fundamentales. Hacíamos también un poco de combate. Hay un foto en lo de mis tíos en la que le estoy enseñando defensas. Bueno, la cosa es que con 9 años ya enseñaba este hermoso y comercial arte marcial. Aprendió muy rápido. Él hacía jockey sobre patines. Era un gran atleta. Un tipo con muy buen físico. Con mucha fuerza. Con talento. Empezó a venir a las clases conmigo al dojang (era una casa de artes marciales que quedaba en Fraklin y Rojas; hoy es un laverap). El profesor, Miguel, se había sorprendido por lo bien que hacía los movimientos, como se movía, pateaba. Le confesé que le estaba enseñando. No me acuerdo cómo había reaccionado. Creo que se había enojado. Que hasta que no fuese cinturón negro (en ese entonces era amarillo, amarillo punta verde) no podía enseñar. Pero a mi me chupaba un huevo. Ariel iba bien. Era muy bueno. Me encantaba entrenar con él. A tal punto, que había dejado de ir a las clases de los pibes (era a las 7 de la tarde) y me colaba en la de los grandes, que era a las 8, 9, y duraba hasta las 11. Miguel me preguntaba por qué no venía antes. Le mentía. Le decía que me sentía mal o alguna que otra huevada. Faltaba a la clase de los mas pibitos porque me quedaba viendo Dragon Ball (lo pasaban por Magic Kids a las 7) y para entrenar con mi primo. Bueno, me prohibió también eso. Mientras duró, me la bancaba entrenando con los grandes. Todas las técnicas de defensa personal me ponían como sparring. Me cagaban a palos. Me la aguantaba como el mejor. Pero me mandaron de nuevo con los pibitos. Ariel participó conmigo en un torneo en el 97. Creo que no le fue muy bien. Hubo un combate que lo perdió ahí nomás. Después, si mal no recuerdo, ganó en lucha en el torneo del 99. Fue su última experiencia en Taekwon-do. Había llegado a cinturón azul. Después, un verano, trató de volver. Pero estaba con la facu. El entrenamiento, precario y limitado, aunque estoico, había dado resultados. A mi me faltaba todavía un largo camino en Taekwon-do. Hasta que me echaron. Pero esa es otra historia.

martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad



 


       Nose si Cristo existió. Ni siquiera me importa indagar esa "verdad" histórica. No se trata de hacer "ciencia", de verificar tal o cual hecho. El cristianismo es un relato. Se lo toma o se lo deja. Se cree o no se cree. Yo prefiero creer. Prefiero tener fe. Debe ser que soy una persona frágil, que necesito creer que existe un "más allá", no un más allá por fuera de este mundo, sino acá, en este aquí y ahora, una realidad distinta, una vida distinta. Los grandes hombres siempre tuvieron mucha fe, incluso los que se decían ateos. Mentían. Fueron hombres profundamente religiosos. Yo soy una persona muy religiosa. No de esta o aquella religión. Soy una persona de fe: necesito conservar esa energía espiritual, esa energía vital, para sentirme vivo. Se necesita creer, y creer mucho, para cambiar las cosas. Para cambiarse uno mismo.


Sólo la fe mueve montañas.


Feliz Navidad.

domingo, 22 de diciembre de 2013

30 años de democracia





     Hace poco se celebraron los 30 años de nuestra democracia post última dictadura militar. Esto tiene un obvio significado positivo: la recuperación de las instituciones democráticas. Ya, después de la guerra de Malvinas, se había recuperado la participación política. Los partidos volvían a abrir sus locales, se empezaban a perfilar los candidatos, la gente discutía en la calle. Discutía mucho. Creo que nunca hubo tanto debate partidario como en esa época. El silencio y el terror impuesto por los militares tiene una reacción, por lo menos inmediata, de participación, de involucrarse en lo público, de salir a ganar la calle. Las movilizaciones de la UCR y el peronismo son enormes. Se decía que la dictadura había hecho callar, silenciar, atemorizar. Claro, fue así. Pero después de Malvinas la gente se vuelve a expresar. Mucho. Y en cantidad. En calidad de debate. Es una primavera, breve, pero primavera al fin. Se ve en los documentales de la época. Me lo cuenta mi vieja. Era una época de esperanza. De volver a creer. Son muchos, miles, los que se empiezan a afiliar a los partidos renacidos. Había ganas de expresar la bronca, de largar la angustia contenida desde hacía 7 años, de protestar, de crear. Las películas de esa época reflejan ese espíritu: Esperando la Carroza, La Historia Oficial, Camila, Darse Cuenta. El rock nacional pasaba por su mejor momento. Charly, Fito, Los abuelos de la Nada, Serú Girán. Vuelven los intelectuales exiliados. Es una época poco recordada la de la transición de la dictadura a la democracia, y los primeros años democráticos. Alfonsín tenía un discurso potente, que encajaba perfecto con el sentir de ese momento. Con la democracia se cura, se come, se educa: son las deudas de nuestra, todavía, imperfecta e injusta democracia.

Pablo Tigani en 678






     Los derrotados morales de 678 se llevaron una sorpresa con Tigani. Creo que fue el viernes pasado. Lo estaba viendo con mi hermano. Nos cagamos de risa. Dio vuelta como una media a cuatro panelistas completamente abstraídos de cualquier realidad más o menos concreta. Se encontraron con un tipo lúcido, inteligente para entender la coyuntura más inmediata: la del cambio de gabinete y los problemas económicos. Crítico el acuerdo de precios como poco severo: en los 50, 60, 70 había, no "acuerdos", sino control de precios por parte del Estado. El Estado sancionaba a los especuladores. Recordó el plan de Gelbard en el 73 que funcionó hasta que Perón vivió. Otra vez, el rol del estado, pero de un estado fuerte, que sancione la especulación de los empresarios, que respete el acuerdo social para que el salario no caiga. Lo que falta en esta coyuntura. Excepto por el retirado Moreno, a quien no le faltó voluntad para cambiar la situación. Le faltó acompañamiento.    

viernes, 20 de diciembre de 2013

¿Qué pasó?



     

Con el ascenso de Milani a Jefe del Ejército e Inteligencia, el gobierno abandona definitivamente las banderas que lo supieron poner al frente de luchas genuinas, populares. Tira todo el capital político a la mierda, todo lo que en su momento supo hacer bien. Todo por lo que en su momento despertó simpatía en las mayorías populares. Si recorremos el último tiempo, nos quedan Milani, Insualduhalde, Berni, Granados, Marambio, Juan Carlos Molina al Sedronar, la gendarmería a blindar el conurbano, Chevrón, Repsol, inflación que ajusta sobre los salarios con devaluación implícita y el Plan de Dios de Capitanich. En un par de meses se dio un giro inesperado (para propios y extraños), giro clerical, milico-policial, neoliberal. Menemismo con derechos humanos. Entonces, la pregunta: ¿qué pasó? ¿no se pudo profundizar el modelo? ¿sin la reelección garantizada ya no importaba más nada? ¿el modelo tenía un límite? Nose. Nose si después del 54% iba a ser fácil profundizar el modelo. Si se buscaba ese objetivo. Ahora parece que no importa nada. Lo que en su momento era un proyecto político que venía a cambiar el país, hoy se queda con un milico videlista al frente del ejército. Y lo que el kirchnerismo en su momento supo ser, hoy quedan cenizas. 

Dialéctica del Amo y el Esclavo



     La conocida y trillada dialéctica del Amo y el Esclavo de Hegel. Creo que es un pasaje que siempre tiene algo para decirnos. Que interpela algún aspecto de lo real. No es que sea de las partes más oscuras y crípticas de la Fenomenología del Espíritu pero tiene pasajes complicados. Me interesa empezar directamente por el final. ¿Quién vence en esta batalla que se libra a muerte entre Señor y Siervo (según algunas traducciones)? No es muy claro, pero me inclinaría a pensar que el Esclavo, si bien no vence, conserva cierta dignidad. Es decir, la relación de dominación no se disuelve, pero el siervo (lo podemos llamar de las dos maneras, la traducción difiere según la edición) termina con alguna ganancia, levanta la cabeza, podemos decir. Al trabajar la cosa, el material de producción (mediación entre las dos partes) el esclavo siente que su trabajo (tanto físico como intelectual) le hace recobrar (auto) conciencia. Esa reflexión que finalmente hace sobre sí mismo (vía el trabajo) le hace re-conocer su posición en la relación pero ya no de mera subordinación; esta toma de conciencia le hace recobrar la dignidad perdida al comienzo, cuando, enfrentado al Amo (quien detenta la propiedad), siente "temor", temor ante su vida: si no trabaja para el Amo, su vida (orgánica, es decir, corporal) desaparece. La relación, entonces, además de poder, es "natural" en el sentido de supervivencia. Si el esclavo no trabaja para el amo, perece. Pero esto es lo que el amo le hace re-conocer al esclavo: que su relación de poder es necesaria. Que el ser-para-sí del esclavo es un ser-para-otro, una dependencia. Lo mismo para el amo (dado que estamos ante una relación de transición entre dos términos). Pero el ser-para-otro del amo implica una dependencia distinta: el amo, si bien no puede prescindir del esclavo, no teme ante la muerte. No hay posibilidad de arriesgar su vida. Detenta el poder. Es el término de la dominación. Impone la relación y la dependencia. A lo sumo, lo que arriesga es su prestigio y su situación de privilegio. Pero todos estos componentes (dominación sobre un otro, dependencia, ausencia de temor), en tanto están en la conciencia del Amo, se imponen en la conciencia del esclavo en la forma de esclavitud. La relación, es, ante todo, metafísica (dialéctica entre tres términos Amo-Cosa-Esclavo), es decir, es una relación entre partes que se disuelven en la contradicción de un todo, pero es también una relación económica: los medios de producción y la reproducción de la vida están en disputa. Y como toda relación económica, se basa en una guerra; la muerte está al acecho. Dos autoconciencias disputan su vida. Si bien el esclavo, elaborando la cosa, y cobrando conciencia de su situación, levanta su cabeza, la relación, en definitiva  se disuelve en la desdicha. La victoria requiere otro escenario en el que ya esté involucrada la Historia.