domingo, 29 de junio de 2014

Des-sepultar las ideas.





Por Lucas Ortizz.

Escribo. Esta es mi forma de conjurar. Escribo. Porque escribir es la forma que la magia toma en medio del cemento. La vida y la muerte se juegan en cada palabra. Lanzamos palabras como un quechua lanza hojas de coca al viento. Lanzamos palabras y transformamos al mundo como un alquimista transmuta la materia. Cada palabra, cada verso, es una invocación, un bombo legüero que grita desesperado el nombre del Supay.
En medio de la noche, en medio de la soledad, nos encorvamos bajo la luz y miramos en la profundidad del tiempo que pretende dejar de ser tiempo donde habitan los muertos, esos que deseamos que regresen, esos que necesitamos oír una vez más. Nos perturba el paso del tiempo, porque sabemos que cada segundo que pasa es la prueba de que hemos sido derrotados. Odiamos cada momento donde triunfa la historia de la razón, del proyecto global sin sobresaltos, del devenir ordenado, de la historia que anula la historia de los oprimidos.
Nosotros, por fuera de las formalidades correctas y lejos del saber que sustenta el orden, preferimos la ignorancia, la mosca al buen profesor, la magia a la ciencia. No escribimos para el futuro, para mantener el actual estado de las cosas, sino que hundimos las manos en el barro, abrimos tumbas, caminamos en las noches en medio de los cementerios lejos de los ojos del panóptico. Somos como aves de la carroña, olemos la muerte y volamos hacía ella. Deseamos hundirnos entre las osamentas, pero porque sabemos que ahí se esconde algo. Queremos castigar a la historia de los que triunfan mostrando que las lapidas que se pensaban sin nombre vuelven a tener uno. Queremos despertar a los muertos que han dicho algo, y que hoy es necesario que vuelvan decirlo. Porque revelaron que hay una gran farsa en el perfecto moverse de las cosas, porque nos mostraron que en este desfile de los poderosos es la muerte la que triunfa. Queremos arrancar aquellas ideas del limbo y con nuestro aliento darles vida.  

1 comentario:

  1. Es difícil decirte algo. Te conozco, eso lo hace difícil. Me encantó, me llenó. Escribís muy lindo Lu. Hacelo más seguido.

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